domingo, 5 de junio de 2011

INFANCIA Y ENFERMEDAD.

En esta sesión se hemos trabajado sobre la exposición relacionada con Infancia y Enfermedad, en relación con las aulas hospitalarias y todas aquellas actividades relacionadas con la educación llevadas a cabo en centros hospitalarios, siempre con respecto a infancia. En las que los educadores sociales tenemos un papel muy importante pero por desgracia hoy en día nada reconocido en los centros hospitalarios.

Añadir, que esta exposición me ha servido para reflexionar en la necesidad de centrarnos no únicamente en los aspectos médicos de aquellos enfermos que se encuentran hospitalizados. Viendo la importancia de indagar en aquellos aspectos sociales y educativos, sobre todo y como hemos tratado aquí en la edad infantil. Intentando adentrar en la realidad de estos niños, haciendo que su ingreso sea lo más integradora y lúdica posible, apartándolos así de todos los pensamientos que estar en un hospital suscitan durante la estancia en este.

Para justificar este pensamiento, nos aproximamos a la realidad de esta temática: Infancia y Enfermedad.

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de infancia?

Consideramos que una personas está en la etapa infantil cuando tiene menos de 18 años de edad. Salvo aquellos individuos que hayan alcanzado antes la mayoría de edad por ley. (Convención de los Derechos del Niño)

Los siguientes conceptos principales de esta exposición son: salud y enfermedad. Definiendo a la primera como aquel estado de bienestar completo, donde se contempla el equilibrio tanto de factores sanitarios, sociales y ambientales. Siendo la enfermedad aquella consecuencia de una afección, mostrando alterado el estado de salud de una persona.

Esto significa que para tener un completo estado de bienestar, no sólo tiene que evitar la persona enfermedades, sino que para sentirse saludable, hay que atender a otros factores que muchas veces olvidamos, tales como: factores medioambientales, sociales, etc.

La justificación legislativa de las aulas hospitalarias de las que vamos a comenzar a tratar ahora, se encuentra en el artículo 5, de la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959. El cual establece: El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.

A continuación, vemos un vídeo que nos muestra los derechos del niño hospitalizado. Establecidos por la Carta Europea, con el fin de hacer más dinámica este apartado tan teórico siempre. He de decir que falta aquí uno de los derechos importantes: El niño tiene derecho al acompañamiento constante de sus padres, incluso en la UCI.





El entorno en el que se encuentra el niño enfermo, se encuentra llenos de factores que van a incidir tanto en él como en su familia:

Con el impacto psicológico, hacemos referencia con esto al shock emocional que la hospitalización supone tanto para el menos como para su familia. Esta situación debe controlarse por los profesionales, tanto médicos como, bajo mi punto de vista, por aquellos psicólogos y educadores, que desde su intervención, expliquen a los padres en lo que van a consistir los días en los que su hijo/a esté hospitalizado, los recursos disponibles, apoyo y escucha activa para esta situación. Ya que si esta primera toma de contacto no se controla, no beneficiará a la evolución de la enfermedad del menor, mientras que si se mantiene la calma y se entiende la situación, todos podrán contribuir con el tratamiento de la enfermedad y su evolución positiva. Por ello, es necesaria la intervención tanto psicológica como social llevada a cabo por los profesionales, intentando reducir los niveles de estrés y de ansiedad tanto en los menores como en su círculo más cercanos.


La indebida atención de estos factores del entorno del menor, puede conllevar el malestar tanto físico, social y laboral de los padres del hospitalizado. Ya que son muchos los que alteran su dieta durante el tiempo de hospitalización, encontrándonos con casos de grandes aumentos de peso y al contrario, aquellos padres que dejan de alimentarse en buenas condiciones. Por otro lado, aquellos padres cuyos hijos requieren una hospitalización más larga, suelen acudir a las bajas laborales para poder atender a su hijo el mayor tiempo posible, desencadenando esto otro tipo de problemas como son el económico y los sociales, ya que rompen con los lazos de amistad y relaciones que antes conservaban.

Para impedir que este tipo de situaciones ocurra, se ponen a disposición las Aulas Hospitalarias y la Ciber Aula, lugar donde han realizado la aplicación práctica los compañeros, donde se les da la oportunidad a los padres de descansar mientras sus hijos permanecen en ellas. Al igual, pueden estar con sus hijos en estas instalaciones.

¿En qué consisten las Aulas Hospitalarias?

Para la atención de estos niños y niñas, las Consejerías de Educación y de Salud mantienen vigente desde 1.988 un convenio de cooperación para la creación de Aulas Hospitalarias en los centros sanitarios de la Comunidad Autónoma de Andalucía, atendidas por docentes especializados.

Este trabajo se desarrolla por los profesores/as hospitalarios, atendiendo educativamente y de forma individual si hiciera falta las necesidades educativas de los niños/as pacientes. El programa docente contempla tanto aspectos formativos, informativos y curriculares. Llevándose a acabo en diversas zonas del espacio sanitario y siempre que se pueda en grupo, atendiendo también de forma domiciliaria a aquellos que no puedan salir de sus habitaciones.

El fin principal de las aulas hospitalarias es que cuando el niño salga del centro sanitario, pueda llevar una vida normalizada y sin problemas a la hora de volver al colegio, sin que éste pierda su etapa escolar correspondiente.

¿Qué es la Ciber Aula?

La ciber aula se desarrolla en espacios habilitados en alguno de los hospitales de nuestro país, concretamente promovidos por el proyecto de la Obra Social La Caixa.

Desde estas aulas se promueven actividades lúdicas, por lo que los menores enfermos que acudan a ellas pueden realizar todo tipo de actividades y juegos que le ayudaran a entretenerse y a hacer más amena su estancia en el hospital, todo ello siempre que estos menores tengan autorización médica para acudir a éstas. Trabajando desde una línea lúdica, educativa e informativa con los más pequeños.

El fin de estas es ayudar a los pequeños a entretenerse mediante los diversos juegos y actividades, haciendo más ameno su ingreso hospitalario. Así como ayudar a los padres a desprenderse de la rutina hospitalaria que éstos siguen y a que puedan tener tiempo libre. Siendo ésta un espacio también en el que pueden compartir actividades padres e hijos.

Es necesaria la autorización médica para el acceso de los menores a la Ciber Aula, así como la autorización de padres o tutores. Si los menores por cualquier motivo médico no pudiesen acercarse al espacio reservado para el Ciber Aula, se le proporcionarán juegos y actividades que se desarrollen en su misma habitación.

Al hablar de estos dos recursos/ servicios, es necesario hablar de una pedagogía hospitalaria. Siendo aquella que trata a las personas que necesitan una atención específica en materia educativa. Esta labor no debe realizarse por el personal sanitario, ya que el fin que se persigue es el logro de una situación recreativa, en la que se desvincule al menor y a su familia del ámbito hospitalario. Sin que los profesionales sanitarios tengan este tipo de competencias, a pa

rte de que los menores necesiten ver a otro tipo de personal, para que nos vinculen su enfermedad y tratamiento con el entorno de las aulas hospitalarias y ciberaula.

A pesar de que la figura del educador social no se recojan aún en los centros hospitalarios, hay presente una gran lucha para que se reconozca a éste en el entorno san

itario. El cual tendrá las siguientes funciones en relación con la temática de Infancia y Enfermedad:

- Diagnóstico educativo del menor.

- Información, orientación y evaluación sobre recursos educativos tanto en el menor hospitalizado como en su círculo más próximo.

- Favorecer el contacto del menor con su entorno más cercano.

- Potenciar la interacción entre niños y niñas hospitalizados.

- Mediador entre familias y escuelas, así como escuelas y aulas hospitalarias.

- Estudio individual de cada menor y de su familia. Seguimiento y evaluación.

- Establecer vínculos entre la familia y el personal socio-sanitario, así como con los recursos existentes.

Todas estas funciones que hemos nombrado, actualmente no se realizan desde las aulas hospitalarias ni desde la Ciber Aula, desde este espacio, reivindico la necesidad de espacios lúdicos y recreativos para los menores hospitalizados donde tenga cabida la figura de los educadores sociales. Dándoles un espacio reconocido en la comunidad hospitalaria y donde el papel de los profesionales de la educación tengan un reconocimiento por parte de todos los profesionales médicos. Reconociendo sus funciones específicas y la utilidad de las mismas como un elemento positivo en la evolución del tratamiento del menor.






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