Ante la necesidad que muestra convencido el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, de la aprobación de una ley estatal que permita a los ayuntamientos retirar a los “sin techo” de la calle, me veo en la obligación de dedicarle una entrada de mi blog a esta pretensión.
Realmente, hoy en día sólo se conocen titulares sobre esta ley, y se duda en la aprobación de ésta para ir en el programa para las elecciones generales 2012.
Ahora bien, el hecho de que esta ley suponga un derecho para los ayuntamientos a la hora de retirar a las personas sin hogar de las calles, me lleva a pensar en la coacción de la libertad de muchos hombres y mujeres que viven en la calle y que no hacen uso de los recursos existentes porque no quieren o porque éstos no se adaptan a las características específicas de vida cada una de ellos. Ya que en los albergues no se atiende de forma subjetiva a las personas, por lo que está subordinados a una serie de horarios y normas que privatizan de alguna forma la libertad de personas adultas y que no quieran regirse a esas normas.
Supongo que es de “agradecer” esta preocupación, pero la verdad, es que sería mejor si no nos preocupáramos de la estética de las calles del país, y nos preocupáramos cada uno de una de las personas que “ensucian” estas calles, sus circunstancias, sus motivos y sus posibilidades.
El problema está cuando pensamos… ¿Por qué aumenta el número de personas viviendo en precariedad en las calles?
La verdad es que no estoy de acuerdo en el derecho de los ayuntamientos a prohibir habitar en la calle. Lo que sí contemplo correcto es que la atención hacia estas personas aumente, al igual que se promueva la prevención. Pero el mayor problema que le veo a esta ley es que como dije antes se caiga sólo en terminar con el problema estético y se deje de lado unos servicios sociales competentes y unas buenas políticas sociales y su buena práctica para reconducir a todas las personas que realmente quieran salir de las situaciones en las que viven.
Esperemos que el Sr. Gallardón, trabaje medidas de políticas en materia social y que haga existentes todos los recursos necesarios para la atención de todas estas personas que realmente quieran salir de la calle. Y que tras esta ley (si algún día se lleva a cabo), vengan políticas de formación, laborales, etc., para hacer posible la reinserción de estas personas y sirva como prevención para que no vuelvan a caer en esto.
Lucía, y el segundo cuatrimestre? No hay nada que evaluar...
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