En relación con la entrada anterior sobre adicciones, os dejo aquí información de un tema relacionado y el cual me ha parecido muy interesante a la hora de ver hasta el punto que puede afectar a terceros el problema de las adicciones.
El síndrome de abstinencia o también llamado síndrome de deprivación a drogas, hace referencia al grupo de signos y síntomas que aparecen en el individuo como consecuencia de la supresión o reducción del consumo de una droga y que son característicos de cada tipo de droga.
(Definición detallada por el Hospital Regional Carlos Haya. Servicios de Cuidados Críticos y Urgencias. Málaga)
En definitiva, este síndrome consiste en el conjunto de reacciones físicas o corporales que ocurren cuando un individuo sufre adicción a una sustancia y éste deja de consumirla. Estas reacciones también pueden presentarse en patologías psicológicas, derivando éstas en problemas emotivos, psicológicos o dependencia emocional.
A pesar de que los síntomas de cada una de las personas que presenten este síndrome van a variar en forma e intensidad con respecto a la adicción de cada una de los individuos y el tiempo en el que se lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se debe a la alteración del funcionamiento normal del sistema nervioso.

Durante el embarazo, el feto recibe de su progenitora la misma dosis de sustancia consumida, es por esto por lo que los síntomas de los recién nacidos son idénticos a los de su madre. Ahora bien, su madre juega con la ventaja de saber lo que realmente le pasa y cómo puede saciarlo, mientras que el recién nacido lo sufre en desamparo total.
Los problemas principales que los bebés presentan se realcionan con problemas nerviosos, circulatorios, respiratorios, metabólicos y gastrointestinales, irritabilidad, llanto incesante, trastornos del sueño y temblores. Estos efectos son todos los que componen el llamado Síndrome de Abstinencia Neonatal.
Ahora bien… ¿ cuál es el tratamiento para estos bebés?
El tratamiento dependerá de la salud general del recién nacido, necesitando muchas veces medicamentos para tratar los síntomas de abstinencia y variando éstos dependiendo del tipo de sustancia consumida por su madre. Llegando incluso a que el médico recete al bebé una droga similar a la que su madre consumió durante el embarazo, con el fin de ir disminuyendo lentamente la dosis y desacostumbrar al bebé de la droga y aliviar algunos síntomas que presenta la abstinencia.
En toda la información que he recabado para informarme de este tema, no entra la figura del educador social a la hora de la intervenir con estas personas y familias en las que existe un bebé que presente estos síntomas. Pero desde mi punto de vista, y supongo que de todos aquellos que leáis esta entrada, desde la Educación Social, principalmente se debería intervenir con embarazadas en materia de prevención. Explicando toda la información y consecuencias que trae el consumo de sustancias para el futuro hijo.
Por otro lado, no debería faltar la intervención dentro de las familias, siempre que el niño siguiese en el núcleo familiar, llevando un plan adecuado por la inserción de la mujer, el bienestar de su hijo y de las demás personas que compongan su familia. Aplicando desde aquí también, la prevención en medida que el hijo vaya creciendo para evitar futuros riesgos de padecer algún tipo de adicción.
Porque ellos, en definitiva, no tienen la culpa...
Aquí os dejo un artículo de prensa con bastante e interesante información sobre el tema:
El amargo despertar a la vida de un hijo de madre drogadicta
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/METADONA/Bebes/sindrome/abstinencia/elpepisoc/19870503elpepisoc_4/Tes

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