A continuación, os voy a presentar la historia de un hombre, cuya situación nos va a ser de utilidad para ir concretando el contenido de la tercera exposición de clase:

Su nombre es José, tiene 33 años y desde que cursó la primaria fue víctima de bullying. De su escuela, recuerda: “fui objeto de todas las bromas por mis dientes. Me decían que parecían de burro o de conejo. Siempre me trataron muy mal, era difícil ir a clases y saber que tú eras al primero al que le iban a poner un nuevo apodo.”
“Los compañeros me decían que parecía zombi o que me drogaba. Nunca me pude integrar a un grup, ni tampoco hice amistad con nadie; eso hizo aún más difícil soportar la tristeza. Siempre creí que algo estaba haciendo mal o que mi personalidad no le agradaba a nadie, porque incluso ahora, en la universidad, soy el blanco de las bromas y los comentarios humillantes de la clase. Sufro constantes temblores de manos y piernas…”
Después de más de 20 años de agresiones, José considera que el acoso escolar no se queda en la secundaria o en la preparatoria: te puede seguir el resto de tu vida.
Tras este testimonio real podemos sacar varias conclusiones. Una de ellas es que este tema que estamos tratando, no es un tema de actualidad como muchos creen, este problema ha existido siempre en las aulas. Por otro lado, nos damos cuenta de la necesidad de intervenir educativamente en los colegios, institutos y lugares donde convivan colectivos jóvenes. Teniendo en cuenta durante la intervención a toda la comunidad educativa: padres, tutores, profesorado, monitores, educadores, víctimas y agresores, destacando tanto la labor preventiva, como paliativa. Ya que vemos que estas causas pueden ser factores de riesgo que impidan la integración social y una vida cotidiana incluso en la edad adulta.
A continuación, nos adentramos en una postura un tanto más teórica, que nos va a ayudar a aclarar y a analizar la historia que hemos contado anteriormente.
Me vais a permitir que haga uso del término abuso escolar en vez de bullying, ya que si en nuestro idioma existe una palabra que defina esta situación, para qué tomar prestada una palabra inglesa.
Una definición muy aceptada es la de D. Olweus: "Un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo de un tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes".
Con estas acciones negativas, no sólo hacemos referencia a la violencia física que suelen sufrir las víctimas del acoso escolar, también hacemos referencia a las persecuciones psicológicas, insultos y ataques ofensivos. Siendo estas acciones, intencionadas, situando a las víctimas en posiciones inferiores
Para que exista acoso escolar tienen que darse los siguientes elementos:
-Una víctima que es atacada por un matón o grupo de acosadores.
-Un desequilibrio de fuerzas entre el/los acosador/es y la víctima que lleva a ésta a un estado de indefensión.
-Una acción agresiva que se produce de forma reiterada en el tiempo.
Las formas en las que aparece el acoso escolar, son entre otras, el maltrato tanto físico como emocional. Definiendo como maltrato físico a cualquier lesión infringida al niño o adolescente, ya sea mediante pinchazos, bocados, golpes tirones de pelo, patadas o cualquier otro medio con el que se tenga el propósito de lastimar de forma física al niño.
Por otro lado, encontramos los abusos verbales, por el que se realizan humillaciones, insultos, intimidaciones, etc. Estos son los dos tipos de abusos que se realizan directamente a los compañeros.
Sin embargo, existen más tipos de maltratos y abusos provocados por las secuelas de los anteriormente nombrados, tales como:
-Aislamiento social, en el que se produce una separación de la víctima y de su círculo habitual de amigos y compañeros.
-Intimidación psicológica, en la que la víctima empieza a ir sintiéndose culpable de la situación causada. Afectándole esta situación hasta edades adultas e incluso para toda la vida.
Nos encontramos actualmente con un problema de gran índole con respecto al tema del abuso escolar. Ya que estos casos están creciendo en la actualidad, dándose situaciones en las que ya por desgracia ya no se puede hacer nada por la víctima porque éstas decidieron quitarse vida.
¿Por qué han aumentado las situaciones de acoso escolar?

Debido a este mal uso de los avances tecnológicos, encontramos un tipo de acoso escolar que se lleva a cabo mediante la utilización de medios electrónicos como el móvil o el Internet, mediante amenazas y vejaciones verbales. Siendo esta causa uno de los elementos por los que aumenta el número de acosos entre escolares, ya que ahora no es necesario estar en el aula para que un compañero de clase acose a otro.
-Agresores/as: Éstos son los que ejercen comportamientos abusivos hacia compañeros. En estas personas escasea la empatía y la comprensión por las situaciones de los demás. Uno de los objetivos principales que persiguen los agresores suele ser la popularidad entre su grupo.
Dentro de los agresores, incluimos a todos aquellos que siguen al agresor como cómplices pasivos. En éstos existen factores como la obediencia al agresor, siendo consecuencia de la influencia que el agresor ejerce sobre el grupo, afectando a que éstos incluso lleguen a convertirse en agresores directos.
-Testigos: son aquellas personas que son conscientes de la situación de acoso que está aconteciendo y que no denuncian la misma. El factor que condiciona la existencia de los testigos es el miedo, el cual pone impedimentos a la hora de la denuncia para no convertirse de alguna u otra forma en otra víctima más del acosador/a.
-Víctima: los perfiles de las personas que sufren esta situación suelen rondar en personas tímidas, suelen responder a personas estudiosas. Situándole estas circunstancias en el papel principal de burlas. La debilidad que presentan estos es aprovechada por los abusones.
-Adultos: encontramos aquí tanto a los profesores como a los padres o tutores legales tanto de los agresores como de las víctimas, éstos tendrán un papel fundamental: percibir del acoso escolar sufrido o ejercido por sus hijos.
Bajo mi punto de vista, son los docentes los que tienen que intervenir y percatarse de la problemática desde poco después de que se den estas situaciones, ya que son ellos los que conviven con el alumnado todos los días y mantienen un trato cercano y directo. El problema comienza cuando el profesorado y el resto de la sociedad no ven la importancia de diagnosticar estos casos y se tratan como algo que está culturalmente establecido e irremediable. Esto se justifica en nuestra sociedad con la oída frase por todos de : “¡eso es cosa de niños!”.
Esta frase deja a las víctimas solas ante el problema y que ésta presente años después heridas que ya no cicatricen. Es por eso por lo que es imprescindible la figura del educador social en los centros escolares. Formando y previniendo en esta materia tanto a profesores como a los alumnos de todas las edades.
Gracias a las necesidades específicas que actualmente requieren los centros escolares debido a este tipo de problemática, la presencia de los educadores sociales se hace más patente en el ámbito escolar. Éstos hacen mediación escolar y hacen de lazo entre padres, víctimas, agresores y personal docente. Seguimiento de las situaciones y de aquellas personas más vulnerables a este tipo de situación a la vez que intervienen con los agresores para modificar las conductas de superioridad ejercidas con sus compañeros.
Para finalizar, hoy os dejo con una canción que recoge la temática de la que hemos hablado. Espero que os guste:
Aunque no creas tú, yo era alguien con miedo.
El que menos podía, el que todo temía,siempre fui el más pequeño.
Puede que como tú yo me sentía el que menos.
El débil frágil cobarde el que no pedía nadie cuando echaban a dedos.
Que ser sensible era difícil de aceptar para la gente un bicho raro.
No tener fuerza o no saberla utilizar.
Me colocaba tan abajo...
Y yo nací de una gran ilusión de un mundo de cariño y de las ganas de luchar y de hacer este mucho distinto.
Y de unos padres que hicieron también su camino a poquito y dejaron que me equivocara y encontrara yo el mío.
Y la verdad es que a veces somos lo que la gente quiere y señalan, te dicen lo que eres...
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