La segunda exposición grupal tuvo la temática centrada al tema de las adicciones.
Para comenzar… ¿qué son las adicciones?
Según la Organización Mundial de la Salud, una adicción es una enfermedad física y psicoemocional.
Las personas que sufren esta enfermedad, padecen una dependencia hacia una sustancia, actividad o bien hacia una persona.
El deseo de esta persona por esa adicción, consume su pensamiento y su forma de comportarse, llegando a modificar sus conductas para conseguir la sustancia, la actividad o la persona deseada. Siendo estos cambios conductuales el principal motivo por el que son objeto de intervención social. Llegando a ser incluso en algunos casos conductas delictivas.
Tal y como expone el Dr. David Sedlak (1983), el pensamiento adictivo es aquella inhabilidad de una persona en tomar decisiones sanas por el bien propio.
Debemos tener en cuenta que no todas las personas que sufren una adicción, tienen una serie de características comunes y que los potencia como colectivos, y serán situaciones mucho más diversas si analizamos los tipos de adicciones que existen en la actualidad.
Si comparamos lo que la sociedad considera adicciones actualmente con el resultado de años anteriores, vemos que estas dependencias han ido evolucionando mucho a lo largo del tiempo. Hace unas décadas las adicciones que se entendían eran el alcohol o tabaco como sustancias y la ludopatía como actividades. Actualmente, en nuestra sociedad se amplían las adicciones, aceptando como tal, a cualquier actividad que tenga como consecuencia el descontrol en el individuo y su modificación de conducta.
Entre las diversas e infinidad de adicciones que podemos encontrar, resalto aquí:
Ø Relacionadas con el consumo: alcoholismo, tabaquismo, adicción por cualquier tipo de sustancia que sea consumible por una persona.
Ø Relacionadas con las actividades: ludopatía (juegos), cleptomanía (robo), tecnofilia (nuevas tecnologías), workahólico (adicción al trabajo), ciberadicción (internet), etc.
Ø Relacionada a la dependencia por una persona, encontramos el término codependencia. Este problema consiste en que una persona esté total o casi completamente centrada en una persona, siendo incapaz de alejarse de la relación con el otro individuo. Dejando a un lado su libertad de relación y sus relaciones sociales.
Ahora bien… ¿cómo se desarrolla el pensamiento adictivo en las personas? ¿cuáles son los factores de riesgo para caer en una situación de adicción?
El origen de las adicciones es muy complejo, ya que son muchos los factores que influyen a desarrollar una conducta de este tipo. Pudiendo ser incluso factores individuales, que afecten sólo a una persona, factores grupales, deviniendo de un grupo de iguales o una familia, factores sociales, culturales, e incluso factores políticos y religiosos.
Las adicciones que se propician desde la individualidad vienen determinadas normalmente por aspectos emocionales, el sentimiento de inseguridad y la falta de autoestima muchas veces se ven paliadas por las adicciones.
Entre los factores de riesgo que podemos resaltar para que una persona sea adictiva, señalamos:
Ø El sentido de invulnerabilidad de la persona.
Ø La inseguridad.
Ø El miedo.
Ø La curiosidad, dada ésta en mayores casos en edades más tempranas.
Ø La no aceptación de uno mismo y de las relaciones sociales, etc.
Ø La falta del sentido de pertenencia.
Entre los factores de riesgo que vienen desde las familias, encontramos situaciones como la desintegración familiar, el caso de adicción de alguno de los miembros de la familia, que sirva como agente socializador para un nuevo individuo. La falta de reconocimiento, aceptación y comprensión, entre otras muchas posibles.
Por otro lado, los factores de riesgo de tipo social comienzan cuando la sociedad acepta socialmente algunas drogas como el café, el tabaco o el alcohol. La publicidad en los medios de comunicación de muchas de las sustancias, actividades y servicios que crean adicciones. A su vez, esto puede verse potenciado por un grupo de iguales y una sociedad con ciertas costumbres y formas de vida.
Por lo tanto, podemos decir que no existe un perfil concreto de persona adicta, pero sí podemos señalar algunas características que tienen las personas una vez que ya están en la situación de adicción.
Ø Debilitamiento del Yo.
Ø Vacío existencial.
Ø Quebrantamiento emocional.
Tras hablar de los factores de riesgo, es imposible no pensar en el papel que tenemos los futuros educadores sociales a la hora de abordar una situación de desadaptación social influida por esta problemática.
A parte de la prevención en edades tempranas de la que tanto hablamos siempre, también considero de vital importancia, campañas de información que eviten hacer pensar que las adicciones no son una enfermedad y que todos aquellos que están en esta situación es porque han decidido ese destino o bien porque no han sabido controlar sus vidas. Sino potenciar y concienciar a la sociedad de que son múltiples los factores que te pueden llegar a vivir dependiendo de algo que es ajeno a tu cuerpo.
Desde otra perspectiva, es fundamental nuestro papel a la hora de acoger a estas personas afectadas en nuestra sociedad, desarrollando programas y actividades para la inserción de estas personas, tanto laboral, social, familiar como de forma educativa. Promocionando su bienestar y seguimiento de su situación.
Tras la exposición de mis compañeros, el rumbo de la clase llegó a un intenso debate, dejando aquí plasmadas las diversas conclusiones sobre los temas tratados:
Todos estuvimos de acuerdo en que la prevención debería comenzar en edades más tempranas, ya que es desde esta franja de edad donde el niño está potenciando su socialización, adquiriendo una serie de valores y conocimientos que los va a llevar interiorizados a lo lardo de su vida. Por lo tanto, es aquí donde debemos hacer hincapié en los elementos perjudiciales para su salud y las diversas conductas y actividades que pueden afectar de forma negativa a su desarrollo personal.
Otro de los temas del que aún no tengo una opinión ni respuesta sólida es sobre el consumo responsable. Ya que muchos de mis compañeros se encontraban en la idea a favor de éste y una mínima parte en contra. Yo realmente, opino que al ir aumentando el número de personas adictas a cualquier sustancia o actividad, y que muchas de las actividades y servicios que utilizamos al igual que algunas de las sustancias, forman parte de nuestra vida desde tiempos inmemorables, es imprescindible fomentar un consumo y uso responsable. Fomentando hábitos saludables y siempre advirtiendo de las consecuencias que pueden acarrear el consumo de cierta sustancia o la utilización de algún recurso.
Para finalizar, os dejo con una cita célebre que abarca aquello a lo que debemos hacer adicta a los individuos como profesionales de la Educación Social:
"El ser humano debe ser adicto a la vida, a la armonia y a la sociedad... no a las situaciones y sustancias que te alejan de lo que más amas..."
(Anónimo.)

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